Cuando una persona cercana te cuenta que vive con VIH, puede que no sepas qué decir. A veces, en el intento de apoyar, soltamos frases que —aunque no lo parezca— pueden herir, incomodar o reforzar estigmas.
Acá te dejamos algunas expresiones que es mejor evitar, y por qué, junto con alternativas más empáticas.
1. “¿Cómo pasó?”
Aunque tengas curiosidad o preocupación, esta pregunta puede sonar invasiva o culposa.
Vivir con VIH no debería obligar a nadie a dar explicaciones personales.
👉 Mejor: “Gracias por confiar en mí. ¿Cómo estás llevando esto?”
2. “Pero te ves súper bien”
Aunque parezca un cumplido, puede minimizar la experiencia de la persona o insinuar que debería “verse mal”.
👉 Mejor: “¿Cómo te has sentido últimamente?”
3. “¿Y ahora qué vas a hacer con tu vida?”
Esta frase transmite lástima y dramatiza algo que, con tratamiento, es totalmente manejable.
👉 Mejor: “¿Hay algo que pueda hacer para acompañarte en este proceso?”
4. “¿Le contaste a tu pareja? ¿Y tus papás saben?”
El diagnóstico no obliga a revelar nada a nadie. Preguntar esto puede invadir la privacidad o presionar innecesariamente.
👉 Mejor: “Si necesitas hablar o desahogarte, aquí estoy.”
5. “¿Todavía puedes tener sexo?”
Además de ser una pregunta muy íntima, refuerza la idea errónea de que vivir con VIH te excluye del deseo o del placer.
👉 Mejor: “¿Has podido encontrar buena información o apoyo médico últimamente?”
Entonces, ¿qué sí decir?
- “Gracias por confiar en mí.”
- “Estoy aquí si necesitas hablar.”
- “¿Quieres salir un rato, distraerte?”
Lo más importante no es tener las “palabras perfectas”, sino hablar con respeto, sin prejuicios, y estar disponible sin exigir detalles.